viernes

imaginate

que orlando barone
te para por calle
y te pregunta
si sabés transar.
imaginate que
ante tu frágil respuesta
te propone adiestrarte.
instruirte para dar los besos
más hermosos,
más ruidosos,
más escandalosos
de todo el universo.
imaginate que para eso
tenés que prestarle tu cara
tu cuerpo.
imaginate
que te dice
que al beso
hay que anticiparlo,
hay que insinuarlo,
hay que entrenarlo.
imaginate que aceptas,
imaginate que te entregás
a la dura tarea
que supone ejercitar
todo el potencial sensitivo
y muscular de tus labios,
alfabetizando tus dientes,
tu saliva,
tus papilas.

imaginate que
orlando barone,
el catequista de los besos,
te adoctrine
la boca.


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